Como habíamos concluido la semana pasada sumergidos en los argumentos y sus premisas, partimos de la semana aplicando estos conocimientos resolviendo unos problemas sencillos, a simple vista. Según recapitulo, la solución de los primeros la deduje y fueron inteligibles hasta el del calabozo con alternativa a la liberación u opresión. Fue laborioso someterlo a mi razonamiento y me tomó tiempo asimilarlo. El concepto se me figuraba abstracto y no pude situarme en “dos puertas, una verdad y una mentira”. Para cuando emprendí en elaborar una pregunta compuesta, mis compañeros ya habían delatado la respuesta, aún así lo conceptualicé todo. A como me parece, mi error yacía en que tomaba el ángulo incorrecto para razonar el problema. Me enfocaba en la respuesta de un guardia cuando debía tomar ventaja del otro haciendo una pregunta ínter lazada con él. Si cambiaba de acercamiento hubiera llegado a la solución sin tanta indagación.
La siguiente sesión se nos fueron expuestos diversos simbolismos en la ciencia de la lógica como el “y”, representado por ^. Abarcamos contenido sobre estos símbolos y proseguimos a resolver otro problema presentado por la profesora. Desafortunadamente ella había presentado no sólo el problema sino que también la respuesta, hubiera sido interesante como quiera llegar a ella. Uno de nuestros compañeros, Alejandro Hovelman compensó esto con un problema suyo. Al formularlo y resolverlo prácticamente entre todos nos percatamos de los acercamientos ilógicos que a veces efectuamos hacia una solución. Se nos hace complejo e intentamos darle la vuelta por otro lado, no es infortunio la consecuencia de esto y en ocasiones presta una focalización efectiva pero sí puede obstruir el razonamiento del individuo y desviarlo por otro rumbo.
En la clase del viernes nos toco responder un examen, vaya la incidencia. Yo lo encontré entretenido y se me hico oportuna la hora para aplicarlo, en ese entonces no estaba desconcertado a diferencia que en la mañana de ese mismo día. En ningún momento se me hizo tedioso y el tempo de actividades y exámenes que llevamos hasta ahora me place grandemente. Al finalizar vimos un extracto de una película conocida para mí, no recuerdo bien el nombre, en el que el protagonista emplea una prueba al que tiene sujeta la princesa. Consiste en beber una de dos copas de las cuales una de ellas contiene veneno letal pero intangible por los cinco sentidos. El Siciliano, el secuestrador, derivó una serie de fundamentos de especulación para aparentemente confundir al héroe, hasta cambió las copas para asegurar más la desorientación de su contrincante. Al término de la prueba nada de esto le fue útil por finalizar con su muerte y el rescatador se quedó con el botín, para bien decirlo. Hasta ahora no he encontrado una manera de adquirir certeza de la copa en que se encuentra el veneno por indagación pero puede surgir en una instancia que me ponga a reflejar sobre ésta.
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